Erase una vez un reino cuyo rey tuvo tres hij@s, el guapo, la fea y la mala...
Luego el reino cayó en desgracia por una maldición de una bruja contrahecha llamada Unión Europea y los banqueros se volvieron locos de codicia. Hasta nombraron banquero a un Rato gigantesco, que era el que más codicia demostró haciendo que las arcas del reino quedasen vacías.
Sus gobernantes, que también se habían ido poco a poco dejando comprar con el dinero que fueron robando los banqueros, no sabían que podían hacer para remediarlo, o más bien hay que decir que ya no había nada que estuviera realmente en su mano para que todo cambiara.
Luego el Juez Mayor del reino también se dejó seducir por la trampa de la vida fácil y llena de lujos, dejando sin ninguna credibilidad la honradez de los jueces de aquel desgraciado reino. Cuya deuda con todos los demás países, para colmo, no dejaba de crecer. Y así sus ciudadanos se fueron volviendo cada vez más y más pobres hasta que se les llenaron los cojones...
Pero eso pertenece a otro cuento que aún está por contar, se titula - "La Tercera República Española".
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[Por favor, no le contéis este cuento a vuestros hijos o pensarán que los mayores somos gilipollas]
Aunque deberíamos tener también cuidado con las costumbres que damos a nuestros hijos; por ejemplo la de ahorrar…. SI, SI la de ahorrar es una mala costumbre, porque desde pequeñitos acostumbramos a nuestros hijos a depositar sus mínimos ahorros en “CERDITOS”, que poco a poco engordan y se convierten en CERDOS BANQUEROS; por lo cual, los principales culpables de que los banqueros sean unos CERDOS, es simplemente nuestra, ya que desde pequeños los engordamos y como son animales de costumbres ….. quieren seguir engordando con nuestros ahorros.
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